El nombre de las letras


Esta entrada pretende ser una reflexión sobre la enseñanza de la lectoescritura en los centros EPA. No tiene recetas mágicas y aunque haya algo de fundamentación detrás, tan solo presento mi experiencia y conclusiones como maestra.

Cuando comencé en el CPEPA mi primera clase de español, comprobé con desolación como mujeres que llevaban años aprendiendo las letras, no eran capaces de leer ni una sóla palabra. No comprendían ese sistema de dibujos y sonidos que les parecía soporífero e irrelevante. 

En ellas (mujeres, magrebíes, sin alfabetizar en su propia lengua), se daban 3 premisas claras que no les dejaban avanzar. No conocían el lenguaje oral, ni los sonidos que conforman nuestra lengua. No eran ágiles motrizmente y habían perdido el interés, ante un reto que les desbordaba.

Cualquiera que tengamos hijos/as en infantil nos asombramos de cómo comienzan a leer en estas edades. De cómo les enseñan el sonido de las letras y con gracia nos cuentan como el nombre de María lleva la mmmmmmm como mamá. Sin embargo, estas mujeres sabían el nombre de muchas de estas letras, pero no comprendían que cada una de esas letras corresponde a un sonido.

Les habían dado una gran cantidad de fotocopias para repasar las letras, unir imágenes o pintar dibujitos (muchas con imágenes infantiles como Bob Esponja). Pero nadie les había enseñado primero los sonidos de nuestra lengua. Y es que la mayoría de los docentes que trabajamos en EPA, intentamos enseñar a leer y escribir repitiendo los mismos patrones que aprendimos en la escuela, pues no tenemos formación específica para ello y no tenemos en cuenta, además, las características de un alumnado que por condiciones intergeneracionales, interculturales y socioeconómicas, no se parece en nada ni a nosotros ahora, mucho menos a los niños de la escuela.

Silvia Defior (1994) “el lenguaje oral es un sistema de comunicación

arbitrario que debe ser aprendido; se transmite culturalmente, de

un modo natural, ya que es una actividad lingüística primaria. Ahora

bien, la expresión escrita de las lenguas es una actividad lingüística

secundaria cuyo aprendizaje requiere la consciencia lingüística de

ciertos aspectos de la actividad primaria, es decir, del lenguaje oral

(Mattingly, 1972, 1984) y exige una enseñanza sistemática.”

Y es que numerosos estudios han demostrado que la decodificación de sonidos es el primer paso que deben dar los futuros lectores, para poder superar este reto.

En el artículo, más que recomendable:  LBE: 01 LOS TRES FUNDAMENTOS PARA LEER, de Belinda Haro, Albert Reverter y Lucas Vaquero lo dejan claro, cuando hablan del lenguaje oral:

"Es el primer gran paso para que esos niños/as empiecen a escuchar los sonidos propios de lo que será su lengua, a seguir el ritmo de nuestra prosodia a la hora de hablarles, a diferenciar progresivamente el sonido de las palabras (que más adelante serán letras) en un proceso de análisis y asimilación a lo largo de esa primera gran etapa (0-7 años). No es baladí hablar de un entorno rico en ese tipo de experiencias (que concretaremos en el apartado correspondiente más adelante), porque la adquisición de la conciencia fonémica y un vocabulario rico en lengua oral son predictores de éxito en el aprendizaje lector, como no nos cansaremos de repetir a lo largo de este monográfico."

Por tanto, la enseñanza de la lectoescritura en personas adultas, debe partir necesariamente de la enseñanza de esos sonidos, que en muchos casos no tienen en su repertorio, dada su lengua de origen. Además, como bien explica en su libro "Aprender A Leer", Stanislas Dehaene; estudios demuestran que los métodos globales no son efectivos, ya que no activan las regiones cerebrales necesarias para una adquisión de la lectoescritura correcta.

¿Y qué puedo hacer yo en el aula?

En primer lugar, en EPA, diferenciaremos el aprendizaje entre los que es su primera lengua, el español, o segunda lengua, y dependerá de si ya tienen adquirida la lectoescritura en su propio idioma.

Para los casos, en los que no conocen el idioma y no tienen adquirida la lectoescritura en su propio idioma, será de gran ayuda partir de cero, evitando vicios, aparentemente inocuos, como puede ser haber aprendido antes el nombre de las letras que el sonido que producen, lo que interfiere en la adquisición de la lectoescritura. Como también interviene en estos casos el haber aprendido una grafía como la letra cursiva ligada, (mucho más difícil de trazar) antes que las mayúsculas. Al final, es como intentar que aprendan varios idiomas, uno oral, otro escrito, otro en mayúsculas, otro en letra de imprenta, otro en cursiva... y finalmente no aprenden ninguno.

Como tampoco se entiende muy bien que en la enseñanza de segundas lenguas como el inglés, se le dé tanta importancia a los "phonics" (fonemas) y se enseñen desde infantil, con métodos como Jolly Phonics o en las escuelas de idiomas con las tablas de fonética y sin embargo lo obviemos a la hora de enseñar nuestra propia lengua.

Para desarrollar esas habilidades fonéticas, deberemos realizar ejercicios enfocados a ese fin, de diferenciar, rimar, generar, cambiar... de manera oral. Nos ayudaremos además de estímulos visuales y materiales manipulativos, pues estos sonidos se pueden ver y tocar, además de oír. Y con el tiempo uniremos estos sonidos a las letras que lo representan.

Y entonces, ¿qué hacemos?

Como propuesta, aprendamos de los que saben de esto, apoyémonos en docentes de Audición y lenguaje y Pedagogía terapéutica (como el equipo de Comunicar-nos) y no busquemos un método o fórmula mágica válida para todos, sino que vayamos adaptando según las necesidades del alumnado.

A modo de ejemplo, dejo aquí estos vídeos: Se trata de una alumna marroquí de casi 40 años, después de 7 años trabajando con fotocopias, enseñándole el nombre de las letras y empeñándonos en que realizara la grafía, a la vez que leía las letras, había perdido la motivación y solo repetía (y aún repite) "cabeza tonta", cada vez que no sabe algo.





Con ella trabajamos la conciencia léxica con familias de palabras, construcción de frases (con pictogramas), rimas, adivinanzas... la conciencia silábica, en menor medida, la verdad; con palmadas, rimas, cambiando letras... y la conciencia fonológica (fonemas), escuchando, distinguiendo pares mínimos y sobre todo manipulando todo el material.

En estos dos videos: letras móviles, tarjetas inspiradas en la serie rosa Montessori y boqui letras de "Comunicar-nos". Además, tarjetas en formato autocorrectivo, algo que en EPA se debería utilizar más, para darles confianza, que sean más autónomos y nos permita trabajar con otros en la misma aula. En un par de cursos (una hora y media por semana), utilizando otros materiales, ejercicios y con una enseñanza personalizada, ha ido mejorando. Sabemos que no siempre es posible el 1/1, pero sería mejor todos los días un poco y más personalizado, que 2 horas semanales de grupo clase. O al menos busquemos momentos de trabajo con ellos/as a solas, mientras el grupo hace otra cosa de manera autónoma.

Por otro lado, ella no reconoce todas las letras ni sonidos aún. Comenzamos con las consonantes que tiene en su nombre S, M, R (+otras sencillas como L, J o T)y las vocales A, I (+E, O, U). Se han analizado las dificultades particulares, dados los sonidos que no tiene en su idioma P/B, E/I, O/U.

Ha comenzado a silabear, está motivada porque ve avances. De hecho, el video es parte de la evaluación del aprendizaje, y es una manera visual de mostrarle a ella sus avances.




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